
El Pirineo y el prepirineo, valores preciados de Aragón
NATURALEZA
En el Alto se distinguen dos formaciones montañosas que, en paralelo, lo cruzan de oeste a este: el Pirineo y el Prepirineo. En la parte más septentrional se sitúa el Pirineo, donde se localizan todas los grandes macizos y valles. Las impresionantes aristas graníticas de las Maladetas y Balaitus, los profundos valles y cañones calizos del Monte Perdido. Ansó, Echo y Aragüés, la infinidad de pequeños lagos o la amplitud de los praderíos de alta montaña son sólo algunas pinceladas de este singular cuadro. El Prepirineo está formado por un conjunto de sierras que guardan en su interior impresionantes formaciones rocosas como los Mallos de Riglos y la Sierra de Guara.
La red de Espacios Naturales Protegidos del Alto engloba distintas figuras de protección: un parque nacional, cuatro espacios naturales protegidos, dos parques culturales –Río Vero y San Juan de la Peña– y distintas zonas de protección de aves. El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, protegido desde 1918, es también Reserva de la Biosfera y está declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad.
DEPORTES EN LA NATURALEZA
ARTE E HISTORIA
El Alto ha sido utilizado y habitado por el hombre desde, prácticamente, sus orígenes. Esos primeros estadios de la humanidad dejaron en este territorio magníficas muestras que se prolongaron a lo largo de los siglos como muy bien se puede apreciar en las múltiples huellas que los sucesivos habitantes fueron aportando. Unas manifestaciones, en especial las medievales por su impronta y difusión, que hablan por sí solas de unas formas de pensar y, sobre todo, de unas inevitables maneras de vivir en un medio espléndido e imponente pero hostil y duro.
CULTURA Y TRADICIONES
Si rico es el patrimonio histórico-artístico del Pirineo, también lo es su cultura tradicional. Manifestaciones de diverso signo, actividades económicas de siempre, ritos para imbuirse desde pequeños en esa sociedad, creencias de todo tipo que tratan de explicar lo inexplicable o un sinfín de fiestas de obligada existencia para la dura vida de antaño.