
Un paseo hasta las Balsas de Basacol en Alquézar
Nos desplazamos en esta ocasión hasta las conocidas balsas de Basacol desde Alquézar para descubrir otro rincón con encanto, pero esta vez fuera del propio casco medieval y de los barrancos que por los que discurre el río Vero. Nos referimos a los dos estanques de origen árabe, escondidos para quien no los conozca, que antiguamente hacían el papel de aljibes de los que la propia villa de Alquézar y sus huertas se abastecían de agua.
Las balsas de Basacol se recuperaron y acondicionaron en su día. actualmente se han convertido en un bonito lugar al que acercarse si se quiere dar un paseo por el entorno de uno de los pueblos más bonitos de España. Nos habían dicho que era un lugar al que merecía la pena acercarse y así lo hicimos.
Para llegar hasta las balsas de Basacol hay diferentes opciones. la primera de ellas parte desde la misma localidad de Alquézar tomando un camino de tierra que nos llevará directamente hacia el mencionado lugar.
Otra posibilidad es acercarse con el coche hasta las inmediaciones de la ermita de San Gregorio, dónde podréis aparcar el vehículo e ir andando por un recorrido de algo menos de un kilómetro y medio hasta las dos balsas.
Las balsas de Basacol, para todos los públicos
El recorrido, en cualquier caso, es recomendable para todos los públicos, niños o mayores, y es circular. Sin prisas, tranquilamente se puede hacer en poco más de una hora. Eso sí, el sitio es estupendo para hacer un picnic, ya que dispone de mesas y bancos para poder comer o merendar en un entorno magnífico. Por lo que si eliges hacer este paseo, debes tenerlo en cuenta. Si prefieres no echar bocado, una simple parada para disfrutar de la tranquilidad y de las vistas del paisaje ya merece la pena.
Nosotros decidimos echar a andar por un camino que parte junto al aparcamiento y las piscinas municipales de Alquézar. Allí seguimos la señalización que indica hacia el observatorio de aves y camino natural del Somontano. Y es que la compañía de los imponentes buitres es otra de las sorpresas que nos regala esta breve excursión.
Tomaremos un desvío hacia la derecha al llegar a un desvío que indica la ruta hasta nuestro destino. Seguiremos entonces el recuperado cauce que transportaba el agua desde las balsas en tiempo de los árabes. Después de cruzar un barranco y de una subida empinada pero corta, nos acercamos a la primera de las balsas.
Es hora de viajar hasta otro tiempo lejano sin movernos del sitio y de observar el sistema de aprovechamiento de agua que ya se ideaba por aquel entonces. Allí, en la primera de las balsas, moran ahora peces de todos los colores y tamaños. La foto, aquí, es obligatoria.
De gran belleza es también la balsa superior, donde un pequeño nacimiento, adorna en fechas navideñas.
Desde las balsas de Basacol regresamos a Alquézar por una senda situada en la parte baja de las mismas. Esta nos conducirá, caminando hacia el sur, hasta Alquézar por el collado de San Lucas. A lo largo del recorrido nos acompañan las imponentes vistas del cañón del Vero. Hacia el norte, observamos los Pirineos, tan imponentes como majestuosos.
Desde el collado oteamos la medieval Alquézar y la serpenteante senda que nos lleva hasta la villa.
El puente de Villacantal
Si el paseo se os hace corto, siempre podéis desviaros y descender hasta el mismo cauce del río Vero para llegar hasta el mágico Puente de Villacantal. Eso sí, recordad que luego hay que desandar el camino y que lo que para llegar hasta el río es bajada, a la vuelta se convierte en subida.