
Excursión por el valle de Bujaruelo
¿Te ha pasado alguna vez que has querido visitar un día fuera de la temporada alta el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, más concretamente el sector Ordesa, pero has llegado tarde y el parking ya estaba completo? A nosotros sí. Si eliges visitar este territorio durante un puente festivo, deberías tener en cuenta esta posibilidad. Si te ocurre y no te apetece andar casi dos horas hasta el parque, no te preocupes. Como dice el dicho: «No hay mal que por bien no venga». Muy cerquita de este territorio situado próximo a Torla, te recomendamos hacer una excursión por el valle de Bujaruelo. Desde su icónico puente romano parte una infinidad de rutas de montaña.
Nosotros regresamos a esta parte pirenaica en otoño con la suerte de poder disfrutar de toda la explosión de colores que la naturaleza ofrece en esa época. Desde El Corral de Villacampa nos dirigimos hasta el extremo occidental del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Nuestro destino estaba pasada la localidad de Torla, situada a unos 60 kilómetros de Mondot. Una vez allí seguimos la carretera hasta que toca a su fin junto al Puente de los Navarros. Hacia la derecha nos adentraríamos en el Parque Nacional. Hacia la izquierda, nos acercamos a nuestro destino. Desde ese punto, el rato en coche de una media hora por el camino hasta llegar a San Nicolás de Bujaruelo bien merece la pena.
Una vez aparcado el coche en el parking situado junto al camping, nos calzamos las botas y decidimos la ruta. Optamos por un sencillo paseo circular de unos cuatro kilómetros hasta el Puente de Oncins, ideal para hacer con niños pequeños.
Nada más cruzar el puente románico de San Nicolás de Bujaruelo, giramos a la izquierda. Seguimos un placentero trayecto atravesando praderas a orillas del río Ara. El camino no tiene ninguna dificultad y es de lo más agradable. Envueltos en un ambiente otoñal y entre imponente montañas teñidas de los colores que proporciona el otoño, llegamos hasta el Puente de Oncins. Desde ese punto, si miramos atrás, obtenemos una maravillosa fotografía de nuestra excursión por el valle de Bujaruelo. Si nos asomamos abajo,observamos un río de aguas cristalinas.
Para la vuelta, seguimos por el otro lado del puente. Podremos regresar por el otro lado del río Ara. Pero, si os habéis quedado con ganas de más y no tenéis prisa, también podéis subir hasta el valle de Otal. Para ello, basta con seguir una pista señalada con una pendiente llevadera hasta el valle. El desvío, perfectamente indicado, se coge junto a una fuente. En algo menos de una hora se llega hasta una valla metálica tras la cual se abre este precioso valle del Pirineo con el collado de Otal que le da nombre al fondo.
Nosotros ya visitamos el valle de Otal en otra ocasión, así que volvemos a punto de inicio para comer junto al puente románico. Repuestas las energías, decidimos seguir un rato el camino hacia el Puente Nuevo. Esta vez, cruzado el puente románico, giramos a la derecha como bien indica el cartel hacia el Puente de los Navarros y ascendemos por una pendiente pedregosa. Allí tomamos la fotografía que se muestra justo debajo. El sendero hasta el Puente Nuevo discurre también junto al río Ara y se adentra en un bosque de hayas y abetos a través del cual se llega al Puente Nuevo tras recorrer unos 4 kilómetros. La vuelta se puede hacer por la misma ruta o bien cruzando al otro lado del río y regresando por el camino de coches.
Tanto el paseo hasta el puente de Oncins, como la subida hasta el valle de Otal o la ruta hasta el puente Nuevo son excursiones fáciles para hacer con niños.
Antes de marcharnos, nos llevamos una sorpresa en forma de manso con el que decimos adiós al valle de Bujaruelo, otro mágico rincón del Pirineo aragonés al que volveremos seguro.