
Excursión a La Ripareta (Cañón de Añisclo)
Os confesamos que nosotros, andadores no demasiado acostumbrados a grandes esfuerzos en la montaña, acudimos con la idea de realizar un trayecto que no nos iba a llevar más de cuatro horas de duración (ida y vuelta) y que la dificultad iba a ser baja. Varias informaciones en Internet así lo anunciaban. Cual fue la sorpresa que la primera señal que nos encontramos nada más bajarnos del coche indicaba nuestro destino a 3 horas andando y que la dificultad era media. A pesar de ello, iniciamos la ruta.
Nos dirigimos hacia el puente y la ermita que toman el nombre de San Úrbez. Dejaremos atrás estas dos construcciones y seguiremos junto al río por una pista (nos acompañará casi todo el trayecto) durantes unos minutos. El primer lugar donde nos pararemos a hacer fotos está situado por antes del puente Sangón, que nos conduce al otro lado del río. Allí nos encontramos el primer salto de agua.
Una vez cruzado el puente ingresamos en un sendero que ya no abandonaremos. Se trata de un recorrido a la sombra de un gran bosque (de hayas fundamentalmente) y de mucha humedad. Los letreros con las indicaciones de la Selva Plana, La Ripareta y la Fuenblanca irán apareciendo a nuestro paso. A nuestra izquierda también quedarán los desvíos a Sercué. Por este sendero sin apenas dificultad caminaremos algo más de una hora conforme vemos que el cañón es cada vez más estrecho.
A partir de entonces el río desaparece de nuestra vista y, progresivamente, de nuestros oídos. El sendero se empina y poco a poco vamos ganando altitud. Se trata del tramo más duro del recorrido. La subida, no sin esfuerzo y continuas paradas, nos lleva otra hora de duración. Una vez arriba, atravesamos un puente de hierro y tras un rato de caminata mucho más suave llegamos a la Selva Plana, donde hay unas impresionantes vistas del cañón. 20 minutos más y habremos llegado a nuestro destino: La Ripareta (1.400 m.). Se trata de una llanura rocosa a la orilla del río junto a una gran cascada. Si quisiéramos seguir andando, la Fuenblanca y el Collado de Añisclo estarían a nuestro alcance, pero para ello hay que invertir mucho más tiempo.
Regresaremos al punto de inicio por la misma senda.
Lo mejor:
- El bosque, sobre todo de hayas, por el que transcurre el recorrido
- Admirar la inmensidad del cañón de Añisclo
- La belleza del río Vellós en sus diferentes tramos
Lo peor:
- Es una excursión larga y algo dura en algunos tramos
Conoce más excursiones den el blog de nuestras casas rurales en Aínsa Sobrarbe.