
Visita a Muro de Roda
Qué cierto es eso de que a veces conocemos más lo de fuera que lo que tenemos en nuestro propio entorno. En este caso habíamos pasado por alto un lugar que, aunque teníamos ganas de conocerlo, no lo habíamos hecho hasta esta primavera. Si bien el verano pasado lo intentamos, las obras de asfaltado en el último tramo de acceso nos lo impidieron. Nos referimos a Muro de Roda, un recinto amurallado situado a unos 1.000 metros de altitud entre el embalse de mediano y el valle de La Fueva, con el majestuoso adorno de la Peña Montañesa, Cotiella y el Pirineo aragonés de fondo. Un enclave del que podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que es uno de los rincones más espectaculares del sur de la comarca del Sobrarbe.
Para llegar allí desde El Corral de Villacampa en Mondot necesitaremos coger el coche y desplazarnos no más de media hora hasta la localidad de Tierrantona. Si muro de Roda ya merece por sí sola una visita, el recorrido en coche tiene su encanto. Para empezar tocaremos casi el agua del embalse de El Grado con la mano en otro lugar idílico como es el estrecho del Entremón. Casi sin querer y antes de llegar a la localidad de Palo se nos abre ante nosotros el espectacular valle de La Fueva custodiado por la Peña Montañesa.
Una vez en Tierrantona pasaremos por delante de la escuela y de las instalaciones deportivas para emprender camino por una pista a través de la cual en unos minutos y, tras dejar atrás los desvíos a Humo de Muro, Aluján y el abandonado Arasanz, ganaremos pendiente hasta alcanzar el tramo asfaltado que nos deja a las puertas de Muro de Roda. También es posible llegar hasta allí a través de una senda junto al desvío de Arasanz (25 minutos a pie) y por los múltiples caminos habilitados para BTT.
Nosotros vamos a lo cómodo y subimos en coche para aparcar entre la iglesia de San Bartolomé y el recinto amurallado dónde se erige la iglesia de la Asunción. Nada más bajarnos del coche ya obtenemos una pincelada del idílico paisaje que desde ese punto nos envuelve y nos cautiva.
Muro de Roda es un conjunto formado por el recinto amurallado, la iglesia de la Asunción, la ermita de Santa Bárbara y también la ermita de San Bartolomé.
Antes de entrar en la puerta que da acceso la fortaleza decidimos dar un paseo muy recomendado te apenas un cuarto de hora que rodea el propio recinto amurallado.
Completamos el recorrido por senda y nos adentramos ya en este complejo que comenzó a construirse en el siglo XI, aunque su actual sistema defensivo fue remodelado en el siglo XVI. Nos adentramos en la iglesia de la Asunción y una vez fuera dejamos volar nuestra imaginación y disfrutamos de un paraje con historia en lo que una vez fue el condado de Sobrarbe.
Decimos adiós a este paisaje de cuento con la sensación de que podríamos pasar horas impregnando nuestros sentidos de tanta belleza y también estando seguros de que más pronto que tarde regresaremos.
Historia de Muro de Roda
Hasta la década de 1960 Muro de Roda fue la cabeza de un municipio formado por aldeas y casas dispersas tal y como fueron surgiendo desde época altomedieval. En lo alto quedaban intramuros la iglesia parroquial y el cementerio y, en una loma cercana, la casa del concejo, la escuela y la vivienda del maestro unidas en un mismo edificio a la ermita de San Bartolomé.
El topónimo muro morillo es frecuente en Sobrarbe asociado a poblaciones enclavadas en un altozano y protegidas por murallas. Ese es el posible origen del nombre, aunque también se ha sugerido su relación con la palabra «morro» aplicada a esos mismos oteros con resaltes rocosos. Muro de Roda ocupó la extensa plataforma de un total con amplias panorámicas en el paso del río Cinca a La Fueva y comunicando visualmente con otros castillos. No en vano fue llamado inicialmente «Muro Mayor», hasta que Ramiro segundo el monje donó la villa y su iglesia a la catedral de Roda de Isábena en 1135.
El conjunto formado por las murallas, la iglesia de la Asunción, la ermita de Santa Bárbara y la ermita de San Bartolomé fue declarado Monumento Histórico-Artístico en 1979.
Las murallas datan de mediados del siglo XI y son fruto de la política expansiva llevada a cabo por Sancho III de Pamplona y sus hijos Gonzalo de Sobrarbe y Ribagorza y Ramiro I de Aragón. La iglesia de la Asunción ocupó el extremo norte a mediados del siglo XII, poco después de que el lugar pasase a depender de Roda de Isábena. En el extremo opuesto se sitúo la ermita de Santa Bárbara, también con cierto carácter defensivo. Construida en el siglo XVI, tiene una nave con doble cabecera recta y sendas capillas laterales a modo de crucero. La ermita románica de San Bartolomé es coetánea de la fortaleza, aunque la vemos integrada en las instalaciones concejiles que se añadieron a partir del siglo XVI.